Recuerdo del primer mensaje :

Luego de haber entrenado como todos los días regrese a casa, para ducharme eh ir a la Piscina trasera o hacer cualquier otra actividad. Lance aquel bolso donde llevaba todas mis armas en el armario en un sitio especial que tenia para este, proseguí a ducharme para relajar mi cuerpo un poco. Luego me interne en la biblioteca a Leer uno de los tantos libros que papa me había dejado. eran mas o menos las 2 y 30 de la tarde, cuando me dio un poco de hambre y así fui asta la cocina para buscar algo de comer, prepare algo ligero como de costumbre y me senté en la sala principal a degustar de mi plato, al terminar fui asta la cocina a dejar todo tal y como lo había encontrado.
Luego de aquella comida, me fui asta el balcón de uno de los cuartos para quedar mirando hacia el paisaje. Todo me parecía tan bello en Italia, sus calles, sus jardines, su aroma , su estancia; absolutamente todo y me había quedado pensando en ello.
El cielo había estado despejado desde entonces, pero, de repente se había nublado, cosa que me pareció normal así que me aparte por si empezaba a llover, me fui esta vez a la sala de abajo a ver algo de Tele cosa que no acostumbraba a hacer, cuando de repente un sonido fuerte proveniente de la casa me asusto. Me encontraba sola así que mi susto llevaba a algo mas. me fui asta la cocina para encender la seguridad de afuera, pero esta ya se encontraba encendida. Me calme por un momento al recordar que el viento estaba soplando fuerte y el cielo estaba nublado. Pero de nuevo aquel sonido me sobresalto, esta vez el de una puerta corrediza, era imposible que el viento la moviera, así que fui asta mi armario y me arme por si se trataba de una visita no deseada. Fui recorriendo toda la casa desde abajo a su vez cerrando todo para que nada pudiera salir y mucho menos entrar, luego de haber revisado todo subí al segundo piso de donde provenía aquel sonido me encargaría de averiguar de que se trataba. Si que lo aria, nadie mas tenia acceso a la casa, solo yo y Haziel pero el en ese momento no se encontraba así que mi preocupación estaba aumentando cada vez mas.

Por un momento vi que me dejaba hablando sola. -Haz Que te ocurre?.- Comenta tras el montándose en la espalda. -Estas extraño.- le dice tras mirarlo desde ese angulo y bajarse de el. -Estarás un tiempo en casa?.-
Pregunta mientras lo sigue como una niña, va detrás de el siguiéndole el paso el condenado camina rápido, lo seguí hasta la puerta de su cuarto a donde no solía entrar respetaba su espacio así como el el mio, aunque aveces entraba para curiosear pero no pasaba mucho antes de que el sentimiento de culpa me mandara a salir de allí.

me voltee al escuchar las palabras de jenn, le sonrei y abri mis brazos para que ella se acomodara el ellos y poder abrazarla, apolle mi rostro en su cabeza ya aque era mas baja que yo y le susurre al oido no, no me ire presiosa, quedate tranquila no podia irme ella me necesitaba ahun talvez era lo suficientemente fuerte como para valerse por si misma y descubrir sol sus poderes pero yo queria estar con ella verla crecer como nefilim, senti su respiracion acompasada y la abrase mas fuerte

Realmente Haziel era como mi padre, lo quería mucho y creo que era al único a quien realmente le mostraba la chica Dulce que era, aparte de sus poderes ni mucho menos lo sentía de mi mundo y de mi familia, como quisiera que se quedara conmigo siempre, pero su trabajo no era nada fácil y vamos yo era grande necesitaba socializar con otras personas aunque Donnato era la persona con quien me gustaba estar. Escuche sus palabras y en cierto aspecto sentí un alivio que no sabia de donde provenía, me acerque mas a el y poniéndome de puntillitas le susurre al oído. -Te quiero...- Y le deposite un beso en la mejilla, para luego separarme y regalarle una sonrisa. -Pero no te emociones, no lo volveré a decir...- Dije con tono serio mientras me cruzaba de brazos, no era de expresar amor ni mucho menos así que solo decía las cosas una sola vez.

obserbe como jenn se hacercaba y besaba mi mejilla, le sonrei y cuando me dijo un te quiero yo asenti demostrandole que tambien la queria, la verdad es que cuando estaba lejso de ella la extrañaba, lo cual era muy raro en un anel ya que los angeles podiamos bloquear emociones, y esa era nuestrta costumbre, pero me gustaba extrañarla al igual que verle, pasaba un buen tiempo con ella, la estreche en mis brazos y tamb ien le susurre no esperaba que lo repitieras

Lo mire con gracias y lo abrace, en ciertos momento pensaba que viese sido mucho mejor si el viese sido verdaderamente mi Padre, y aunque no había lazo sanguíneo, el lazo que nos ataba era mucho mas fuerte... -Haz Cuando empezamos a entrenar?.- Comente mientras lo miraba a los ojos y seguía agarrada de su cuello... Me encantaban sus ojos, eran como si las puertas del cielo se encontraran en el. Era una de las cosas que me gustaban de el, realmente lo que había dicho anteriormente con lo que quería que se enamorara, era en serio, puesto que era un chico demasiado dulce detrás de esa careta de ángel protector. Bueno, protector era siendo ángel o no pero así lo quería.

mire a jenn y la corri delicada mente de mi lado, luego le sonrei ante su cara de duda. cuando quieras pequeña... sonrei con aires de suficincia y le indique que estaba dispuesto a recibir cualquiera taque de ella si quieres ahora y sino....tendremos que ir a otro lado. la dama decide camine al rededor de ella, tranquilamente hasta darle ma espalda hoy vere si estas lista para nefrentarme jennebehth mi rostro se torno serio, no podia seguir con estos juegos ella debia aprender y el entrenamiento era duro y debia tomarse con mucha mas seriedad de la que se imaginaba

Lo mire incrédula levantando ambas cejas. -Pues si fuera por mi lo aria ya mismo.- Comente con una sonrisa de por medio y con una carita un tanto inocente -Pero debes estar cansado y eso.- Aunque los ángeles no se cansaran yo le daba su tiempo a Donnato, lo dejaba relajarse, aunque este día no seria nada de eso. -Y dañar algo de mi casa... Ni lo pienses.- Comente bromeando aunque las cosas de valor no me daban la mas mínima importancia pues lo podía remplazar cuando quisiera. -No hoy no sera.- Comente dándole la espalda esperando al momento que sentía a que su aire de defensa se bajaba, una vez sentí eso, me voltee con rapidez tomándolo por un brazo y lanzandolo al suelo con una fuerza imprudente de mi parte lo inmovilice hay y luego me le senté encima, algo infantil de mi parte. -Cambie de opinión si sera hoy.- Dije estando sentada sobre el.

miré un tanto incredulo la reaccion de jenn y luego sonrei, baje mi guardia y cuando estaba a puinto de moverme hacia la otra habitacion senti el contacto con el cuerpo de jenn y luego el piso en mi espalda, que resono en toda la casa. le sonrei abiertamente asi sera?...comencemos comencemos... la puerta de entrada frente a nosotros se abrio violentamente mientras mis ojos repartian destellos blancos una gran rafaga de viento soplo llevandose a jennebeth por la puerta y cerrandose tras ella. del otro lado encontraria unm undoi diferente no seria el patio de su casa seria un mundo creado por mi ilucion

Llegue cayendo en cuclillas en al extremo de la otra dimensión creada por haziel. Conocía lo duro que podía ser Haziel conmigo, pero ya tenias años practicando y hace mucho no tenia un encuentro con el. Sabia de todos sus poderes, conocía sus movimientos y también sabia que podía derrumbarme cuando quisiese. cuando vi a Haziel llegar como si nada esboce una sonrisa curiosa por el hecho de que sentía que todo seria distinto esta vez. Me levante sacudiéndome las manos, coloque los respectivos guantes para la protección de mis manos, ya una vez me haba lastimado y aunque se curo a los minutos el dolor fue insoportable. -Tu dirás cuando empezamos.- Dije mientras de un instante a otro mis alas hacían su aparición. Eran de color gris con un toque de azul oscuro en las plumas de abajo, aun no entendía porque su color solía cambiar. Aveces azul aveces gris, aun no lo comprendía. -Su color siempre termina por variar.- Comente mientras me elevaba de manera suave del suelo y me refería al cambio que hacían mis alas.