Personaje que deseo tomar: Caroline L'Bleu

Razón: El personaje me ha llamado la atención, pero sobre todo lo que me atrae es su historia, debe matar a aquel al que ama para salvar al mundo y ella misma no sabe si será capaz de ello. Tengo ganas de saber cómo acaba todo.

Prueba: Aquello iba a acabar conmigo. Y no sólo porque mi padre me quitaría las alas si volvía a suceder, sino también porque una parte de mí, un deseo oscuro enterrado en el fondo de mi ser me destruía, consumiendo mi alma cada vez que le tenía tan cerca que podía alargar las yemas de mis dedos y rozarle. Y me preguntaba que sentiría si le tocaba, o más aún, si él me rozaba la piel, al pasar a mi lado, pura casualidad, lo más normal del mundo. Pero para mí no era así. Era distinto. Porque era él. Aquel al que debía destruir. Dean.

"Es un demonio, Caroline, olvídate de él" me repetía una y otra vez "O, mejor dicho, acaba con él, los deseos desaparecerán con él si ya no está" Pero no puedo soportarlo. No puedo hacerlo, no puedo matarle... pero él planea convertir la Tierra en un Infierno, y yo debo impedirlo a toda costa, porque esa es mi misión, salvar a la Tierra de los demonios, de los seres como él, seres malvados, pero le amaba, y no podía matarlo, quería estar con él, era lo que realmente deseaba ¿Era capaz de traicionar a mi propio padre para lograrlo?
Me senté en una roca junto al lago, dejando que la brisa jugueteara con el volante de mi falda y me enredara los cabellos alrededor del colgante, me quité las bailarinas de tela y sentí el agua fría entrar en contacto con mi piel. Preguntándome una vez más -pecando una vez más- cómo me sentiría al tocar su piel, al acariciar su rostro con mis manos. Y cómo me sentiría al besarle. Qué sucedería si nuestros labios llegaban a juntarse.
Sabía que estos pensamientos eran impuros, por el simple hecho de que él era un demonio y yo, un ángel. Él servía al Infierno, él quería traer a su padre, a su creador, a la Tierra, para gobernarla y hacer que todo ardiera con las llamas del Averno. Yo servía al Cielo, quería traer la paz a la Tierra, para salvarla de la tiranía y la crueldad de los demonios y hacer que la Humanidad viviera en paz para siempre.

Y hoy le había tenido tan cerca, otra vez, que había dudado antes de acabar con aquel demonio menor. Pero finalmente había bajado la mirada, apartándola de su figura, a la entrada de aquel callejón, y había destruido a aquella criatura. Cuando había vuelto a levantar la mirada, con los cabellos manchados de sangre. Él ya no estaba. Y él podría haberme matado, yo debería haberlo perseguido, debería haber acabado con él tal y como había hecho con el otro demonio, pero no podía, y él me había visto, él sabía que era y lo que hacía, y no había sido capaz de matarme. Podría atreverme a pensar que... ¿Sentía lo mismo?

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