Desde hacia un tiempo habia recibido la atencion del chico malo del colegio. Habia miradas, guiños y comentarios dichos en susurros de que yo le gustaba. Al principio yo habia echo oido sordo, porque me parecias solo rumores. Pero todo habia cambiado cuando ese día él se me acerco y me pidio que lo ayudara con la tarea de quimica. Quede paralizada y un poco asustada. Se decia de ese chico un monton de cosas.. y ninguna buena, pero el peligro atraia tanto a chicos como chicas haciendolo casi tan popular con el capitan del equipo de baloncesto.

Llegue del entrenamiento de las porristas corriendo y tras comprobar que mis padres y Olii no estaban baje con mis libros de quimica hacia la sala. Tan pronto como los deje en la mesa, toco el timbre. Mi corazon golpeaba con fuerza. Sabia que desobedecia al dejar entrar a alguien que mis padres no conocian, pero me sentia por otro lado segura porque solo se trataba de estudiar.. o no? Además tenia muchas ganas de hacerle tener celos a Olii.

-Hola.. listo para estudiar?-
Dije al abrir la puerta y ver a Stefano mirandome de arriba a bajo. Entonces me di cuenta que no me habia cambiado el uniforme de porrista.

Uniforme de porrista:

Lo mire algo avergonzada por su escrutinuo. Me sentia bulnerable por su aura de peligrosidad. No sabia muy bien porque, pero comenzaba a sentirme algo nerviosa. Cosa que trate de desechar de mi mente, sabiendo que solo se trataba de mi compañero de estudios y nada más.

-Ven, vamos a la sala- Dije y lo empuje dentro para cerrar la puerta. Luego me dirigi a la sala esperando que me siguiera. -Bien, quieres que empezemos con las formulas primarias? es en donde la mayoria tiene más problemas- Dije mientras cruzabamos el libing, era pequeño pero confortable con un hogar y frente a él un sillon de 3 cuerpos mullido. La sala era más fria, tenia grandes ventanales que daban al bosque detras de la casa, con cortinas delgadas, una mesa de caoba pesada con sillas del mismo estilo antiguo de patas curbadas, y un mueble repleto de libros y adornos antiguosm daban a la sala un aire de antiguedad casi real. A mi madre le encantaba aquella sala y era donde pasaba más tiempo. -que opinas- Pregunte ansiosa por empezar con las clases.